La sal es común en muchos alimentos y tiene una variedad de efectos (tanto positivos como negativos) en el cuerpo. Muy poca sal se asocia con mareos y calambres musculares. En el cuerpo, la sal es un electrolito, lo que significa que ayuda a las células (especialmente a las células musculares) a mantener un voltaje a través de sus membranas para que puedan transportar impulsos eléctricos. Sin embargo, se sabe que la ingesta regular y excesiva de sal causa presión arterial alta y puede provocar accidentes cerebrovasculares o enfermedades cardiovasculares. La presión arterial alta (comúnmente conocida como hipertensión) tiene una serie de implicaciones para la salud a largo plazo, y puede leer sobre ellas en el siguiente artículo de Wikipedia
en.wikipedia.org/wiki/Hypertension
La sal en sí es un mineral compuesto de sodio y cloro. Los minerales desempeñan muchas funciones clave para mantener su cuerpo sano y mantener su cerebro en condiciones de pleno funcionamiento. La ingesta recomendada de sal para el adulto típico es de 4 g de sal al día. Sin embargo, la ingesta media real es de alrededor de dos veces y media, casi 10 g por día para muchos adultos.
Muchos alimentos contienen altas cantidades de sal, en particular alimentos como tocino, queso, jamón y pescado salado. Lo importante que hay que tener en cuenta es que, si bien las personas a menudo se preocupan por los altos niveles de sal en estos alimentos, no es motivo de preocupación si solo ingiere estos alimentos ocasionalmente. De hecho, los alimentos bajos en sal, como los cereales, aportan mucha sal a la dieta de las personas simplemente porque comemos muchos cereales.
Hay un consejo específico sobre la sal para los bebés, deben tener menos de 1g de sal al día y nunca se debe agregar sal a la comida del bebé.
El NHS tiene un artículo completo sobre esto en
www.nhs.uk/Livewell/Goodfood/Pages/salt.aspx