El pie de Charcot es una afección que puede comenzar con algo relativamente simple, como un pie torcido, y generalmente se desarrolla en cuestión de semanas.
Esta condición provoca el debilitamiento de los huesos del pie. De hecho, se vuelven tan débiles que pueden fracturarse. Si el paciente continúa caminando sobre el pie afectado, la forma del mismo cambiará.
A menudo, este puede ser el caso, porque el pie de Charcot provoca una pérdida de la sensación de dolor, temperatura y trauma. Esto generalmente significa que el paciente no se dará cuenta de que hay un problema y seguirá caminando sobre él, causando más daño.
El pie de Charcot es muy grave y puede provocar deformidades y, en algunos casos, incluso amputación.
Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar la afección, por lo que es importante acudir a controles regulares con un profesional de la salud.
Síntomas
- El pie se sentirá más caliente que el otro.
- Hinchazón en el pie y posiblemente en el tobillo.
Si la afección se diagnostica en sus primeras etapas, es más probable que el tratamiento tenga éxito. El médico examinará el pie y le preguntará acerca de las cosas que pueden haber causado el problema. Por lo general, luego se tomarán radiografías.
Es importante no caminar con el pie mientras se está curando, por lo que se puede colocar un yeso y recomendar muletas o una silla de ruedas durante varios meses.
A veces, se requiere cirugía, pero el médico decidirá si es necesario y cuándo, y obviamente se probarán otros métodos primero, la cirugía es el último recurso cuando se trata del pie de charcot.