Este poema podría verse de varias formas diferentes. Sin embargo, lo veo como una perspectiva de la vida. Veo al viajero en el poema como un procrastinador que prometió hacer una hazaña, pero nunca llegó a hacerlo. Parece que cuando finalmente vuelve a lo que quería decir o hacer, ya no importaba. A medida que avanza el poema, cualquiera que lea comienza a darse cuenta de que cuando el viajero habla nadie parece responder o escuchar sus gritos. Habla en lo que parece una casa abandonada mientras su caballo galopa en la naturaleza detrás de él.
Después de intentar varias veces hablar con la persona misteriosa que vino a buscar, el autor comienza a establecer un final triste para el poema. Por ejemplo, dice Walter: “Aunque cada palabra que decía, resonaba en la penumbra de la casa inmóvil”. Hace que el viajero parezca decepcionado y enojado mientras se aleja en su caballo. En general, este fue un poema bien escrito que todos deberían leer.