Nelda
Emily Dickinson es una poetisa estadounidense que ha expresado sus experiencias profundamente personales de aislamiento y dificultades a través de sus versos. Su experiencia de vida es muy limitada, pero le ha dado mucha intensidad a sus poemas. Los problemas sociales y contemporáneos no figuran en su poesía. Generalmente se ocupa de problemas de la vida, la fe y la muerte. En este poema, la poetisa habla de la brevedad de la vida humana, la muerte y la eternidad. Su profunda fe religiosa en la vida eterna después de la muerte hace que la muerte parezca un ser noble, amable y civilizado. Dado que la vida nunca está dispuesta a entregarse a la muerte, la Muerte se acerca a cada criatura viviente. Conduce esa alma en su carruaje lentamente hacia la eternidad.
El poema nos trae una sensación de paz y serenidad que es el resultado de la profunda fe religiosa de la poetisa. Podemos imaginar un estado de existencia que no se vea afectado por el paso del tiempo y donde todo es inmutable. Los lectores de mentalidad religiosa apreciarán la opinión de la poetisa de que esta vida física es solo una preparación para la vida eterna en el próximo mundo. El lenguaje del poema es simple pero figurativo. La imagen sostenida del viaje en compañía de la muerte explica bellamente el viaje espiritual del hombre desde esta existencia temporal a la existencia eterna en el más allá. También es un símbolo del viaje de la procesión fúnebre desde el hogar hasta la tumba.