La NASA ha estado disparando medusas a la órbita de la Tierra desde la década de 1990 en un intento por crear un "campo de fuerza" de criaturas espaciales punzantes que podrían proteger el planeta en caso de un ataque alienígena.
Es una broma.
De hecho, hay una explicación más sensata:
Las medusas son criaturas de aspecto extraño. De hecho, probablemente te costará encontrar algo que parezca menos humano en la Tierra.
Y, sin embargo, compartimos una característica interesante con las medusas: la capacidad de detectar la gravedad a través de cristales de calcio.
¡Así es! Las medusas tienen cristales de sulfato de calcio escondidos en pequeños bolsillos a lo largo del borde de su campana. Estos cristales están rodeados de pequeños pelos, y cuando la gravedad o la aceleración obligan a estos cristales a moverse, el cabello capta la señal y la pasa al cerebro.
Los humanos tenemos algo similar que ocurre dentro de nuestros oídos, conocido como otolito.
De todos modos, la idea del experimento espacial de las medusas era ver qué pasaría si las medusas dieran a luz en el espacio. ¿Qué pasaría con los bebés nacidos en el espacio? ¿Serían tan sensibles a la gravedad o se desarrollarían de manera diferente? ¿Y qué pasaría cuando regresaran a la Tierra?
Todo esto es importante, porque nos da una pista de cómo sería que un bebé criado en el espacio regresara a la Tierra.
Desafortunadamente, los científicos descubrieron que la medusa espacial recién nacida tenía problemas para interpretar la gravedad y navegar en la Tierra, lo que sugiere que los bebés humanos nacidos en el espacio podrían tener la misma dificultad.