Wilford
Atlas era un gran dios griego. Era un titán o un gigante y se decía que era tan fuerte que podía levantar el mundo. En los primeros días de Grece, los Titanes lucharon contra los Olímpicos y perdieron. Entonces, los dioses castigaron a Atlas obligándolo a apoyar al mundo sobre sus hombros para siempre.
Atlas soportó esta carga durante muchos años hasta que Hércules buscó su ayuda. Hércules quería alcanzar manzanas doradas de un árbol que estaba custodiado por un dragón. Atlas acordó conseguir las manzanas, si Hércules se quedaba con el mundo mientras él no estaba.
Atlas obviamente se sintió aliviado de haberse emancipado de su carga y, después de asegurar las manzanas, le dijo a Hércules que llevaría las manzanas al rey. Hércules fingió estar de acuerdo, pero le pidió a Atlas que sostuviera el mundo por un minuto mientras él acomodaba sus hombros para apoyarse. Atlas estuvo de acuerdo, pero Hércules, después de colocar el mundo en Atlas, se marchó, dejando a Atlas a su suerte.
Es de este cuento que hablamos de "tener el peso del mundo sobre sus hombros".