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La sinusitis no tiene síntomas típicos que le sean propios, por lo que no siempre es fácil saber si uno tiene sinusitis o no. Por qué esto es así, queda claro cuando observamos que, en general, la sinusitis es secundaria a alguna otra afección, por lo general el resfriado común o la infección de las fosas nasales superiores. Por lo tanto, los dolores de cabeza, fiebre, mareos, pérdida del apetito o del sentido del olfato, etc., pueden indicar sinusitis o no.
¿Por qué nuestros senos nasales, o más estrictamente hablando, las membranas de nuestros senos nasales, nos causan problemas a veces? Por descargas excesivas de ellos o por el cierre de sus conductos que conducen a la nariz o garganta por estar inflamados. Entre las causas más inmediatas se encuentran los crecimientos o pólipos que cierran los conductos que van desde los senos nasales o, más a menudo, la inflamación de la nariz, que puede extenderse a las membranas mucosas de los senos nasales.
Puede heredarse una tendencia a la inflamación de las membranas. Por otra parte, las condiciones prenatales desfavorables pueden habernos dado un mal comienzo, al igual que la falta de una alimentación adecuada o la falta de atención amorosa de los padres en la primera infancia. La falta de control de las emociones puede ser una causa inductora, incluso como pueden serlo preocupaciones, tensiones y fricciones excesivas con aquellos con quienes vivimos o trabajamos. La sinusitis también puede desencadenarse por condiciones extremas de humedad o temperatura a las que uno no está acostumbrado.
El problema de los senos nasales puede deberse a una condición generalmente debilitada causada por una enfermedad grave o debido a un exceso de placeres enervantes. Puede ser causado por alergias, infecciones y hábitos alimenticios inadecuados, falta de ejercicio y no descansar y dormir lo suficiente. Todas estas cosas pueden causar sinusitis aguda que, si no se controla o no se cura, puede resultar en una sinusitis crónica más obstinada pero menos pronunciada.