Si la cadera está hinchada, por lo general, una bolsa de hielo puede hacerla más cómoda. Tome los analgésicos recetados por el cirujano. Intente elevar la pierna (como con la persona en un sillón reclinable) y con una almohada verticalmente debajo de la pierna que tuvo el reemplazo de cadera.
Asegúrese de que la persona esté en fisioterapia para ayudar a recuperar el movimiento en la articulación. El proceso de curación es incómodo, pero con mucho trabajo la persona suele estar mucho mejor que antes de la cirugía. Asegúrese de que los apósitos se apliquen correctamente en un entorno muy limpio.
Si esto no disminuye, el dolor es intolerable o si tiene alguna pregunta, no dude en ponerse en contacto con su proveedor de atención médica o con el cirujano. Las heridas no siempre cicatrizan correctamente, incluso con la mejor atención. Cualquier buen profesional de la salud debe estar feliz de asegurarse de que sus pacientes se recuperen adecuadamente y de que se respondan sus preguntas.