No hay razón para entrar en pánico, lo más probable es que tu chihuahua esté bien.
Si bien es cierto que los huesos de pollo afilados pueden dañar el interior de su perro (incluso los fragmentos pequeños pueden causar desgarros en el estómago), es más probable que su perro simplemente saque lo que queda del hueso.
Mi perro comió huesos de pollo
El peligro con los huesos de pollo (especialmente los cocidos) es que pueden romperse en fragmentos afilados que pueden rayar y rasgar el interior de su perro.
La idea de que esto suceda es obviamente preocupante, pero generalmente no hay necesidad de preocuparse. Los perros a menudo muerden las costillas a la barbacoa y los huesos de KFC que sobraron, y la mayoría vive para contarlo.
Las cosas a tener en cuenta después de que su perro haya comido huesos de pollo son:
- Un cambio de comportamiento. Esto puede ser una señal de que su perro está sufriendo.
- Dolor al defecar
- Sangre en las heces.
Si nota alguno de estos síntomas, es muy posible que su perro necesite ver a un veterinario para recibir tratamiento. De lo contrario, ¡intenta mantener los huesos lejos de tu cachorro!