Los factores que dirigen y energizan el comportamiento de los seres humanos y otros organismos se conocen como factores motivacionales. Esto es diferente a los sentimientos que se experimentan, y estos se conocen como factores emocionales. Hay tres teorías principales asociadas con la motivación, y estas son la teoría biológica, la teoría psicosocial y la teoría interaccionista.
Esta teoría sugiere que hay un elemento innato en la motivación y que la estructura genética de una persona afecta su comportamiento. Esta teoría establece que nosotros, como seres humanos, no tenemos control sobre nuestro comportamiento y que todo lo que hacemos está predeterminado.
Esta es una de las escuelas de pensamiento más populares y fue presentada al mundo como una teoría por Erik Erikson. El elemento principal de esta teoría es la identidad del ego, que es el sentido del yo que se desarrolla mediante la interacción social. Nuestros egos cambian constantemente a medida que avanzamos en la vida, y somos testigos e interactuamos con los comportamientos de los demás. Se cree que elegimos si asumimos ciertos comportamientos o no, y estas decisiones se toman de manera consciente. Debido a la capacidad de asumir ciertos comportamientos, nuestra capacidad para tener éxito en ciertas áreas se ve afectada por estas decisiones. El potencial está ahí para lograr un alto nivel de crecimiento personal, pero por otro lado también lo está el potencial de un fracaso extremo.
Esta teoría fue desarrollada por James Parker y ampliada por George Herbert Mead. La teoría es que la interacción entre dos o más individuos tiene un impacto en los gestos que se muestran. Esta teoría analiza el control que toman las personas para obtener la información que buscan.