Los paquetes de estímulo y la flexibilización cuantitativa son las palabras de moda cuando se trata de cambiar una economía, y son opciones que la mayoría de los gobiernos han considerado en algún momento u otro.
Ambas son prácticas económicas no convencionales que a veces pueden ayudar a estimular el crecimiento en una economía estancada o en depreciación.
La flexibilización cuantitativa (o QE) es esencialmente cuando el banco central del gobierno compra activos de bancos comerciales y otras instituciones financieras privadas para fijar las tasas de inflación en un nivel específico.
Esto suele suceder cuando la compra de bonos gubernamentales a corto plazo ya no puede reducir las tasas de inflación.
Un "paquete de estímulo" es un término económico keynesiano amplio que se refiere al gasto del gobierno destinado a inyectar más dinero en una economía, con la intención de crear más empleos y alentar el gasto del sector privado para que los engranajes de una economía estancada vuelvan a girar.
Desde que comenzó la crisis financiera en 2008, estos términos han sido discutidos en los medios de comunicación y por los gobernadores de los bancos centrales de manera regular.
Tiempos drásticos exigen medidas drásticas y, en términos de política fiscal, ¡eso suele ser lo que se necesita para que la economía vuelva a funcionar!