Reanna
EMPRESÉ A TRAVÉS DE LA MULTITUD
Como un hijo pródigo, vagué en la oscuridad.
Las garras de Satanás, se aferran a mi alma.
Mis pecados eran tantos, mis cargas eran pesadas.
Pero cuando toqué a Jesús, Él me sanó.
CORO:
Me abrí paso entre la multitud, extendí la mano y toqué a Jesús.
El dulce Espíritu Santo entró en mi alma.
Sabía que había sido cambiado, todos mis pecados habían sido perdonados.
Cuando toqué a Jesús, Él me sanó.
Como la mujer que probó a muchos médicos.
Pero cuando tocó a Jesús, fue sanada ese día.
Mi enfermedad era diferente, mis pecados eran muchos.
Pero cuando toqué a Jesús, Él los lavó.