Eliane
En una economía socialista, el dinero sirve como patrón de valor, medio de intercambio, depósito de valor y patrón de pagos diferidos. El papel del dinero en una economía planificada no es el de un amo, sino el de un sirviente. El estado mantiene un control rígido sobre la oferta de dinero y así minimiza sus efectos perversos. El dinero en una economía socialista nunca puede guiar la producción a través del libre juego de las fuerzas del mercado.
Los recursos de escasez se distribuyen de acuerdo con el plan elaborado con mucha antelación por la autoridad de planificación. El deseo de qué, dónde y para quién producir está controlado por el Estado. De manera similar, en una economía socialista, la autoridad central misma sidra el patrón de consumo teniendo en cuenta los gustos y disgustos de la gente. No existe una operación de mecanismo de precios para la dirección del patrón de consumo.
En una economía controlada centralmente, todos los factores de producción también están completamente controlados por el estado. Las recompensas de cada factor de producción no se pagan por igualar la oferta y la demanda, sino por la cantidad y calidad del trabajo realizado. Podemos decir que así como el dinero en una economía socialista está efectivamente bajo el control del estado, no hay efectos perversos de cambio de nivel de precios, ingresos y empleo en el país.