No es competencia de los guardianes ni de los guardianes negarle la comida a un prisionero. Si alguien amenazara con hacerlo, no solo enojaría a los prisioneros, sino que con justicia se ganaría su burla.
A veces no te queda más remedio que amenazar con algo drástico para que todos te escuchen. Algunos lugares se administran de esa manera, utilizando amenazas e intimidación para expresar su punto de vista.
Por supuesto, no planeo violar la ley para que me envíen a la casa grande, porque a veces me gusta comer palomitas de maíz para la cena. En la cárcel, no tienes elección.