Elbert
El mundo entero está sumido en la oscuridad de la guerra, la miseria y la pobreza. La misma oscuridad se encuentra en la calle de la fruta. La guerra y sus horrores han destrozado la psicología humana hasta tal punto que diferentes tipos de frutas parecen bombas. A la tenue luz de las linternas resplandecen al rojo vivo o parecen doradas. Los niños oscuros simbolizan lo insignificante de la vida humana a los ojos de aquellos que hacen la guerra y causan miseria a sus semejantes.
La situación es tan desalentadora que la luna y el sol no han podido realizar sus funciones normales como resultado de lo cual la oscuridad y la penumbra han envuelto al mundo. A pesar de todo, el amor de este hombre por el placer sigue siendo una parte integral de su naturaleza. Los niños ignoran sus miserables condiciones de vida. Compran diferentes frutas y comen con deleite. Los jugos mojan todas las partes de sus caras. Sin embargo, la condición del poeta es diferente. Se siente triste por la situación actual y está muy preocupado por el futuro.