No. La Segunda Guerra Mundial es un ejemplo perfecto de por qué ese viejo dicho es falso. Todos los estadounidenses amaban a los comunistas durante la guerra porque los comunistas nos ayudaban a luchar contra los fascistas. Rusia fue nuestro número uno. Pero después de la guerra, nuestro "enemigo de nuestro enemigo" se convirtió en nuestro enemigo más temible. La Alemania temprana era igual. Otto von Bismarck hizo que Prusia se aliara con los austriacos para vencer a un enemigo común, los daneses. Después de que un asalto germánico combinado derrotara a los daneses, se volvió contra Austria y les quitó el alquitrán. La historia muestra que un enemigo de un enemigo puede ser un aliado, pero no te atrevas a pensar en él como un amigo.