Es muy posible que la generación de luz a través de la electricidad sea un
factor primordial para alterar nuestros ritmos biológicos. La luz se refracta en nuestra
estructura glandular del tálamo a través de las retinas y la pineal, estas son el tiempo de la
liberación de todas las hormonas en nuestro cuerpo. Hay nueva evidencia
que sugiere que nuestra mayor dependencia de la electricidad, la
iluminación artificial y las frecuencias de comunicación son una de las principales razones de nuestra
epidemia de cáncer.
No trabajo en la industria del cáncer, pero he
intentado comprender las tendencias en el tiempo, la biología y el espíritu (
teoría vibracional ). Todo vibra y tiene frecuencia, lo notemos o
no. Las frecuencias ultraaltas y de largo alcance que ahora nos bombardean por
todo el planeta ciertamente tienen un efecto. Es posible
que todavía no sepamos qué es.
Incluso Lance Armstrong, quien creó una gran fundación para
luchar contra el cáncer irónicamente
llegó a un acuerdo extrajudicial con Motorola, justo después de que le diagnosticaran, ya que la empresa que patrocinaba
su equipo había estado desarrollando la primera radio del equipo. Habían colocado
transmisores prototipo directamente debajo del sillín donde los ciclistas se sentaban a
entrenar y competir muchas horas al día.
El trabajo algo poco convencional
y excéntrico del profesor Maurice Cotterill también ha llamado la
atención sobre el hecho de cómo nuestro sol (luz natural) define toda nuestra
estructura biológica que nos permite regular nuestra función genética. Se
hizo famoso como la primera persona en trazar cierta actividad solar al
descubrir cómo rotaban las regiones magnéticas polares de las manchas solares.