Por lo general, esto significa que su gato tiene una infección de oído. Si se trata de una candidiasis, probablemente necesitará medicamentos antimicóticos y antibióticos para ayudar a que la infección desaparezca. Sin embargo, si su gato tiene ácaros del oído, lo más probable es que deba darle a su gato dosis semanales de ivermectina o inyecciones durante dos o tres semanas, que serán administradas por su veterinario. Siempre debes consultar a un veterinario antes de realizar cualquier tratamiento médico.
La forma de las orejas de los gatos los hace más propensos a acumular suciedad y mugre, lo que puede provocar infecciones de oído. Las infecciones de oído particulares que los gatos tienden a adquirir son las infecciones bacterianas y por hongos que se mencionaron anteriormente. Sin embargo, los gatos también pueden sufrir de ácaros del oído, diversas alergias y aristas vegetales. Además, su gato puede sentir mal olor en los oídos debido a disfunciones hormonales como trastornos inmunológicos.
El olor es un síntoma que indica que su gato tiene una infección, sin embargo, hay otros síntomas que puede notar que incluyen enrojecimiento y pus alrededor de la oreja, así como parásitos. Además, el comportamiento de su gato puede cambiar, su gato puede perder el equilibrio con regularidad y sacudir la cabeza con fuerza. Además, debes tener cuidado con tu gato porque puede frustrarse y comportarse mal.