Ella puede adoptarme. No para heredar sus millones, sino porque mis padres me abandonaron por motivos egoístas. Ella sería la persona perfecta que podría animarme cuando estoy deprimido, darme buenos consejos y felicitarme cuando tenga buenas noticias.
Tengo un marido maravilloso, pero no hay nada como una madre cariñosa. Con los valores de su familia cristiana, sé que ella sería la mejor.