Murl
Shelley es un gran poeta lírico. Observa de cerca los altibajos de la vida. Ve que el hombre es egoísta y sincero con sus semejantes. El mundo se ha convertido en un infierno en el que todos arden en el fuego del desprecio y la envidia. Este odio y crueldad es la principal causa de la desesperación y la infelicidad del hombre. Este triste estado de cosas perturba la mente y el alma del poeta. Quiere provocar una revolución en este mundo.
Como es un gran seguidor de Platón, cree, como él, que el amor es la panacea para todos los males del mundo. Sólo siguiendo la regla de oro del "amor por todos y el odio por nadie" puede el hombre salir del abismo de la barbarie y el pesimismo. Está convencido de que algún día el amor prevalecerá en el mundo. Entonces todas las miserias del hombre llegarían a su fin y su 'vasto valle de lágrimas' se convertiría en un paraíso terrenal en el que las lágrimas serían reemplazadas por la risa y los gemidos por la alegría. Shelley fue un gran poeta revolucionario. Fue mortal contra la opresión y la represión. Quería romper todas las cadenas de la esclavitud social y política para que el hombre pudiera recuperar su gracia y dignidad naturales.