Webster
Este poema es una expresión de profunda desesperación y abatimiento. El poeta lamenta la pérdida de su facultad poética. Él recuerda su juventud cuando estaba lleno de esperanza y vigor de vida. Podría escribir hermosos poemas. Pero la fiebre y la inquietud de este mundo y su creciente interés por la metafísica han mermado sus facultades poéticas. Ahora, los hermosos objetos naturales no lo inspiran.
El poema comienza con una superstición. Se cree que la aparición de la luna vieja en el regazo de la nueva presagia una tormenta. Su profecía se hace realidad. Llega la tormenta, pero su viento no logra agitar sus pensamientos. Recuerda los viejos tiempos cuando una tormenta externa producía una tormenta en su mente. Sus elevados pensamientos adquirieron la forma de bellos poemas. Esto lleva al poeta a la conclusión de que la naturaleza es incapaz de inspirarlo. Piensa que la fuente de inspiración está dentro de nuestra propia alma.
El poeta se siente abatido. Quiere olvidar el lúgubre pensamiento de que está fracasando como poeta. Dirige su atención hacia el viento aullante, pero no encuentra la paz. En medio de su desesperación e insomnio, desea un sueño reparador y tranquilo para su amada. Ora para que su amada nunca esté tan disgustada y abatida como él esta noche.