Debido a la forma en que gira la luna, no hay cambios de día y de noche. El lado brillante de la luna está iluminado todo el tiempo, el lado oscuro siempre está oscuro.
Cuando la luna y el sol están en los extremos opuestos del cielo, vemos lo que llamamos una luna llena que se eleva por el este mientras el sol se pone por el oeste. A medida que pasan los días, la luna sale más tarde cada noche, avanzando gradualmente por el cielo hacia el sol naciente. La porción iluminada de la luna se vuelve progresivamente más pequeña, y eventualmente se convierte en una mera media luna. Cuando la luna comparte el cielo con el sol todo el día, incluso esa media luna se desvanece y la luna, con su lado oscuro hacia la tierra, es virtualmente invisible. A esto se le llama luna nueva. Luego, el proceso se invierte, con la luna alejándose del sol y finalmente volviendo a estar llena. Este ciclo se repite aproximadamente cada 28 días.