Roderick
Los tintes de contraste se utilizan en los exámenes para acentuar estructuras específicas. Permiten observar atentamente estas estructuras. Los tintes utilizados varían según el examen. Sin embargo, todos los tintes abandonarán el cuerpo de forma natural en varias horas.
El tinte de contraste se puede administrar de tres formas; por vía oral, en una bebida calcárea de sabor desagradable, por vía intravenosa con una jeringa serializada o por vía rectal mediante el uso de un enema. La mayoría de los tintes de contraste están basados en yodo, ya que es un material adecuado y generalmente inofensivo. Para examinar el sistema gastrointestinal, la pelvis o el abdomen, el paciente debe beber una gran cantidad de tinte de contraste, generalmente una solución de sulfato de bario o Gastrografin®. Si el tinte se administra por vía intravenosa, el tinte será incoloro. La cantidad ingerida por el paciente varía en función de su altura, edad y peso.
Si el tinte se administra a través de un enema, se drenará después del examen. Sin embargo, es posible que el paciente necesite ir al baño varias veces antes de que el tinte se haya aclarado por completo.
En la mayoría de los casos, el tinte habrá eliminado completamente el sistema del paciente en 24 horas.
Como cualquier sustancia, existen leves riesgos asociados con la ingesta de tintes de contraste. Las reacciones alérgicas pueden causar problemas, así como posibles efectos secundarios. Los efectos secundarios más comunes de los tintes de contraste como Omniscan, que se usa para las resonancias magnéticas, incluyen dolores de cabeza, mareos y náuseas.
Antes de ingerir cualquier tinte de contraste, debe asegurarse de preguntarle a su médico sobre el tinte, el tiempo que tardará en salir de su cuerpo y los riesgos asociados con él.