Con su belleza clásica de renombre mundial y su espectacular entorno, el puente Golden Gate de la bahía de San Francisco es un imán para los posibles suicidios. Las turbulentas aguas en su base, el Estrecho de Raccoon, son temidas por los marineros, por lo que el éxito en suicidarse está prácticamente garantizado.
La caída de 67 metros desde el puente toma cuatro segundos y los saltadores golpean el agua a 120 kilómetros por hora. A partir de 2006, solo se sabe que 26 personas han sobrevivido al salto. El recuento oficial de suicidios terminó en 1995, cuando el número se acercó a los 1.000. En los ocho años anteriores a 2003, hubo un promedio de un salto suicida cada dos semanas, lo que elevó el total no oficial a más de 1.300 suicidios.
En 1996, la Patrulla de Caminos de California sacó del puente a setenta personas aparentemente suicidas. Actualmente, se dice que una persona salta del Golden Gate cada 15 días, pero no todos los intentos de suicidio son presenciados. Los saltadores de puentes que sobreviven siempre golpean primero los pies de agua y todos sufren múltiples lesiones internas y fracturas de huesos. Sarah Rutledge Biennium puede ser la única persona que saltó dos veces. Sobrevivió al primer salto en 1988, pero murió en su segundo intento ese año.
Los funcionarios del puente no saben cómo prevenir suicidios. Además de erigir una barrera, los letreros a lo largo del tramo promueven un teléfono especial en el puente que se conecta a una línea de emergencia. Un plan para cerrar el puente por la noche se vio frustrado.
Los intentos de introducir una barrera suicida más alta se han visto frustrados por dificultades de ingeniería, altos costos y oposición pública a alterar la estética del puente.
"The Bridge" es un documental que capturó 23 saltos suicidas realizados desde el Golden Gate en 2004.