Lela
Con la Guerra Civil estadounidense, el cultivo de algodón en Fiji se convirtió en una ocupación rentable. Posteriormente se desarrolló la industria azucarera. Los trabajadores tenían una gran demanda y los plantadores miraron hacia la India. Ya se utilizaba a trabajadores indios bajo un sistema de contrato en África, y en 1879 Fiji hizo lo mismo. El sistema de contratación continuó aquí hasta 1916. De los 64.000 indios que había en Fiji en ese momento, 24.000 regresaron a la India, mientras que otros permanecieron en Fiji como colonos.
Hoy en día, los indios forman parte de Fiji tanto como los habitantes de Fiji, y aportan su propio acento de color al reluciente mosaico de la vida. Los taxistas indios, con camisas blancas y pantalones oscuros, atienden a los turistas en busca de gangas en las famosas tiendas libres de impuestos de Cumming Street.
También hay mezquitas musulmanas con cúpulas coronadas con la estrella y la media luna del Islam. Aquí los devotos de Allah se inclinan seis veces al día. También se pueden encontrar casas hindúes que contienen imágenes enmarcadas de los dioses hindúes, como Brahma y Siva.
Luego está la comunidad china. Se trata de gente frugal, trabajadora, que se integra discretamente a la población como carniceros, panaderos, comerciantes, hortelanos y restauradores. Otros pueblos que añaden color a esta paleta del Pacífico son los rotumanos, tonganos, samoanos e isleños del grupo Gilbert y Ellice y las islas Salomón. Algunos son descendientes de los que fueron traídos a Fiji como trabajadores o esposas de los primeros colonos. Otros simplemente emigraron e hicieron de Fiji su hogar.