Caitlyn
Una cultura es mucho más que una fuente de identidad o un conjunto de normas. Es algo que sus seguidores aprecian y disfrutan en su mayoría y, a veces, sucede que, dado el mundo rápidamente cambiante, las culturas se adaptan a esos cambios, haciendo alteraciones en sus normas y aprendiendo con el tiempo. Es una fuerza que mantiene unida a las personas, instigando dentro de ellas un espíritu afín que las une culturalmente entre sí.
Hablando con pertinencia, hay seis características de una cultura. El primer atributo de una cultura es, se aprende, como se mencionó anteriormente. La cultura no es algo que esté incrustado en los genes de uno. Es algo a lo que uno crece para adaptarse y adquirir más conocimiento, moldeando sus comportamientos en armonía armoniosa. Luego viene la característica de una cultura compartida. En resumen, una cultura no es propiedad privada de una persona. Es un fenómeno compartido, lo que lo hace aún más eclécticamente encantador. En cuanto al tercer rasgo, una cultura es transgeneracional. Eso significa que una cultura no es algo que solo una generación adopta y cuando surge la próxima generación, desarrollan otra cultura. Sí, se producen cambios, pero el quid y la esencia originales siguen siendo los mismos, que se transmiten de generación en generación.Otros rasgos de una cultura hablan sobre el simbolismo (es decir, la asociación de una cosa con otra, sirviendo como su representante), así como su patrón junto con la característica de ser adaptativo, que está cambiando en respuesta a los cambios que ocurren todavía sin olvidar las verdaderas raíces de origen.