Los cheques se utilizaron y se utilizan hoy en día para realizar pagos a otras personas y establecimientos en lugar del efectivo real. El propietario escribiría una cantidad predeterminada de dinero y el nombre del receptor en el cheque que deseaba pagar a otra persona o establecimiento. Este cheque luego es cobrado por el organismo receptor y una vez compensado se materializa como dinero en la cuenta bancaria del receptor.
Algunos de los problemas y limitaciones de las comprobaciones son los siguientes:
Para cobrar un cheque, el destinatario debe viajar a su banco local, esperar en la fila, cobrar el cheque con el empleado y esperar de tres a cinco días para que se liquide. Para algunas personas, puede ser más fácil usar efectivo o banca en línea para realizar pagos. Por supuesto, esto varía según a quién se realicen los pagos.
Otro problema con los cheques es que existe la posibilidad de que se produzcan actividades delictivas y robos. Por ejemplo, algunos estafadores pueden falsificar firmas o usar bolígrafos borrables para cambiar las cantidades especificadas en los cheques. Esto los hace potencialmente menos seguros que el efectivo de alguna manera.
En la era moderna, muchas personas prefieren realizar todas sus operaciones bancarias en línea. Esto se debe a que la tecnología necesaria para hacerlo está mucho más disponible en la actualidad. Además de esto, las medidas de seguridad utilizadas son de un estándar más alto que el asociado con el uso de cheques.