Moises
Para empezar, los países exitosos no necesitan seguir el mismo camino. Gran Bretaña, por ejemplo, se convirtió en el líder económico mundial en el siglo XIX al ser pionera en la Revolución Industrial, inventar máquinas de vapor y ferrocarriles y enfatizar el libre comercio. Japón, por el contrario, llegó más tarde a la carrera del crecimiento económico. Dejó su huella imitando primero las tecnologías extranjeras y protegiendo a las industrias nacionales de las importaciones y luego desarrollando una enorme experiencia en fabricación y electrónica.
Aunque sus trayectorias específicas pueden diferir, todos los países de rápido crecimiento comparten ciertos rasgos comunes. De hecho, los economistas que han estudiado el crecimiento han descubierto que el motor del progreso económico debe andar sobre las mismas cuatro ruedas, sin importar cuán rico o pobre sea el país. Estas cuatro ruedas o factores de crecimiento son:
1. Los recursos humanos incluyen oferta laboral, educación, disciplina y motivación.
2. Los recursos naturales incluyen tierra, minerales, combustibles y calidad ambiental.
3. Formación de capital, que incluye máquinas, fábricas y carreteras.
4. Tecnología, que incluye ciencia, ingeniería, gestión y emprendimiento.
A menudo, los economistas escriben la relación en términos de una función de producción agregada, que relaciona la producción nacional total con los insumos y la tecnología.