¿Cuáles son las cuatro especies de cameloides del Nuevo Mundo?

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  • Todos los camélidos sudamericanos derivan del guanaco salvaje (Lama guanicoe), un ungulado del tamaño de un perro grande. Los guanacos viven a la mayor altitud de todas las especies, hasta 16.000 pies en las montañas de los Andes.
    Todos los camélidos del Nuevo Mundo tienen cuellos largos y flexibles; piernas delgadas; pies acolchados y hendidos; ojos grandes y redondos; y abrigos tupidos y rojizos.
    Los pueblos indígenas comenzaron a criar guanacos para obtener un tamaño y peso superiores, y durante más de 6.000 años, resultaron tres especies más independientes: vicuña, alpaca y llama.
    La vicuña (Vicugna vicugna) pesa hasta 100 libras, y con solo tres pies de altura, es la más pequeña de la familia de las llamas. Las vicuñas producen pequeñas cantidades de lana muy cara y extremadamente fina, y solo se pueden esquilar cada tres años. Durante la época de los incas, era ilegal que cualquier persona, excepto la realeza, usara prendas de lana de vicuña.
    Desde la época de los incas, las vicuñas están protegidas por ley. En 1960 había sólo unas 6.000 vicuñas en estado salvaje debido a la caza furtiva descontrolada, pero están regresando.
    La alpaca (Llama pacos) es un camélido rechoncho domesticado, de 68 kilos, con un pelaje sedoso y fino, que se hila y luego se teje en prendas caras. Tienen un parche de denso pelaje en la cabeza como un gorro.
    La llama (Lama glama) es el más grande de los camélidos, con un peso de hasta 200 libras. Si bien no son lo suficientemente fuertes para que una persona las monte, pueden transportar cargas pesadas. Los indios andinos eran tan dependientes de ellos que los llamaban "hermano pequeño" y el "barco de los Andes".
    Los legendarios caminos incas no eran más que senderos para humanos y llamas; no había vehículos con ruedas en la América anterior a Columbia, excepto en juguetes. Las llamas de pies acolchados y seguros podían caminar sobre piedras que los caballos no podían, y esta es una de las razones por las que los españoles no descubrieron Machu Picchu.
    En el altiplano de los Andes, es común ver a niños pequeños pastoreando a la llama familiar, que luce borlas de lana de colores brillantes en sus orejas.

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