¡La distancia entre los dos planetas es uno de los mayores problemas que enfrentamos cuando se trata de llegar a Saturno!
Saturno está casi 10 veces más lejos del Sol que la Tierra, y la Tierra, como sabemos, ya está muy lejos del Sol.
Los viajes espaciales humanos son costosos
Los transbordadores espaciales de la NASA nunca fueron diseñados para abandonar la órbita de la Tierra. Para llevar astronautas a Saturno, en un tiempo razonable, se necesitarían motores más grandes y una enorme cantidad de combustible. La nave espacial incluso podría tener que construirse en órbita.
La nave también tendría que almacenar alimentos, agua y otros recursos, lo suficiente para apoyar a los astronautas durante el viaje de siete años a Saturno, más el viaje de regreso de siete años, y durante el tiempo que permanecieron allí para realizar investigaciones. ¡También tendrías que encontrar algunas personas dispuestas a dedicar al menos 15 años de sus vidas al proyecto!
El envío de personas al espacio supone un coste enorme para las misiones espaciales y, teniendo en cuenta los rápidos avances tecnológicos, aporta relativamente pocos beneficios adicionales.
El espacio es peligroso
Tanto los seres humanos como los dispositivos electrónicos deben protegerse del calor y el frío extremos, la radiación intensa y las colisiones con objetos.
Los seres humanos también necesitan oxígeno, comida, agua y espacio para hacer ejercicio con el fin de sobrevivir. Esto se suma a la complejidad de la misión y hace que los peligros sean muy reales.
Incluso si los humanos llegaran a Saturno, el planeta gira muy rápido y esto hace que genere un fuerte campo magnético. Esto en sí mismo tiene el potencial de interferir con equipos electrónicos sensibles a bordo de cualquier tipo de nave espacial.
Además, este campo magnético atrapa los iones radiactivos del Sol y los suspende dentro de un cinturón de radiación que dañaría tanto a los equipos como a los humanos.