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La comprensión del modo de transmisión de las bacterias y otros agentes infecciosos es extremadamente importante desde una perspectiva de salud pública, porque interrumpir la cadena de transmisión es una excelente manera de prevenir enfermedades infecciosas. El modo de transmisión de muchas enfermedades infecciosas es "de persona a persona", pero las enfermedades infecciosas también se transmiten de fuentes no humanas como el suelo, el agua y los animales. Los fomites son objetos inanimados, como toallas, que sirven como fuente de microorganismos que pueden causar enfermedades infecciosas.
Aunque algunas infecciones son causadas por miembros de la flora normal, la mayoría se adquieren por transmisión de fuentes externas. Los patógenos salen del paciente infectado con mayor frecuencia de los tractos respiratorio y gastrointestinal; por lo tanto, la transmisión al nuevo hospedador generalmente ocurre a través de gotitas respiratorias transportadas por el aire o contaminación fecal de alimentos y agua. Los organismos también pueden transmitirse por contacto sexual, orina, contacto con la piel, transfusión de sangre, agujas contaminadas o insectos que pican. La transferencia de sangre, ya sea por transfusión o por compartir agujas durante el uso de drogas intravenosas, puede transmitir varios patógenos bacterianos y virales. El análisis de sangre donada para Treponema pallidum, VIH, virus linfotrópico de células T humanas, virus de la hepatitis B, virus de la hepatitis C y virus del Nilo Occidental ha reducido en gran medida el riesgo de infección por estos organismos.
Las bacterias, virus y otros microbios también pueden transmitirse de madre a hijo, un proceso llamado transmisión vertical. Los animales también son una fuente importante de organismos que infectan a los humanos. Puede ser la fuente o el modo de transmisión de ciertos organismos. Por lo tanto, podemos reducir en gran medida las posibilidades de enfermedades infecciosas al interrumpir la cadena de transmisión.