Hay tres partes involucradas cuando se trata de emitir un cheque pendiente. Estos son: el librador, el librado y el beneficiario. El librador es la persona que escribe el cheque, aunque debe tener la autoridad para hacerlo. El librado es el lugar (banco) de donde sale el cheque. Y finalmente, el beneficiario es la persona que recibe el pago cuando el librado (banco) ha cobrado el cheque.
Una cuenta corriente que está disponible en cualquier tipo de banco importante que permite a la persona propietaria de la cuenta depositar fondos en su interior. Esa persona también puede emitir cheques y los fondos se retiran de esa cuenta. Un cheque es una especie de declaración oficial de la persona propietaria de la cuenta de que los fondos indicados en el cheque pueden retirarse de la cuenta y depositarse en la cuenta de otra persona.
Cuando una persona firma un cheque para ser depositado, está endosando ese cheque y dando permiso al banco para que los fondos se retiren de esa cuenta. El nombre del beneficiario que está escrito en el cheque también es una forma de confirmar la autoridad de esa persona para recibir la cantidad de dinero indicada en su propia cuenta.
Un cheque pendiente es un cheque que se ha emitido y firmado, pero que no se ha entregado al banco para que comience el proceso de transferencia de fondos. Por tanto, el beneficiario habrá recibido sus fondos. Si el beneficiario no deposita el cheque en el banco original, existen complicaciones que seguirán adelante, aunque aún se puede hacer. El cheque se considera pendiente hasta que el banco del librado haya sacado los fondos de la cuenta bancaria y los haya depositado en la del beneficiario.