¿Cuál es el análisis de "Cinco formas de matar a un hombre" de Edwin Brock?

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  • Hay muchas formas engorrosas de matar a un hombre. Puedes obligarlo a llevar una tabla de madera a la cima de una colina y clavarlo en ella. Para hacer esto correctamente, se necesita una multitud de personas con sandalias, un gallo que canta, un reloj para diseccionar, una esponja, un poco de vinagre y un hombre para clavar los clavos.

    O puede tomar un trozo de acero, moldeado y perseguido de manera tradicional, e intentar perforar la jaula de metal que usa. Pero para esto necesitas caballos blancos, árboles ingleses, hombres con arcos y flechas,

    al menos dos banderas, un príncipe y un castillo para celebrar tu banquete.

    Prescindiendo de la nobleza, puede, si el viento lo permite, lanzarle gas. Pero luego necesitas un kilómetro y medio de barro atravesado con zanjas, sin mencionar botas negras, cráteres de bombas, más barro, una plaga de ratas, una docena de canciones y algunos sombreros redondos de acero.

    En una era de aviones, puede volar millas por encima de su víctima y deshacerse de él presionando un pequeño interruptor. Todo lo que necesitas entonces es un océano para separarte, dos sistemas de gobierno, científicos de una nación, varias fábricas, un psicópata y una tierra que no necesita durante varios años.

    Estas son, como comencé, formas engorrosas de matar a un hombre. Más sencillo, directo y mucho más pulcro es ver que vive en algún lugar de mediados del siglo XX y dejarlo allí.

    - Edwin Brock

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