Lo más gratificante de ser un trabajador social profesional sería cómo puede cambiar la vida de los niños desfavorecidos o abandonados y mejorarla para ellos. La parte más difícil sería ver cómo vivían estos niños antes de poder ayudarlos.
- Un papel desafiante pero satisfactorio
Ser trabajador social es un trabajo tan difícil como gratificante en el sentido de que tienes que ver ambos lados de la historia. Ves niños luchando y siendo abandonados y tienes que trabajar con ellos para mejorarlo. Sin embargo, la mayor recompensa vendría al ver el resultado de su ayuda y ver que ha marcado la diferencia.
Los trabajadores sociales trabajan con niños de diferentes orígenes, que incluyen:
- Niños pequeños y bebés
- Adolescentes
- Niños huérfanos
- Niños con discapacidad
Como trabajador social profesional, es probable que vea situaciones muy difíciles de soportar. Desafortunadamente, hay niños que son descuidados de la peor manera posible y se necesita un trabajador social muy cariñoso, cariñoso y atento para ayudarlos a recuperarse.
Este trabajo será difícil tanto técnica como emocionalmente para los trabajadores sociales, pero nada que valga la pena hacer es fácil. La verdadera recompensa vendrá al saber que ha ayudado a mejorar la vida de un niño desfavorecido y que ha logrado el cambio de la mejor manera.