Anissa
La clamidia es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) común causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, que puede dañar los órganos genitales de una mujer. Aunque en su mayoría la enfermedad puede causar síntomas insignificantes, las complicaciones graves pueden causar daños irreparables, incluida la infertilidad. La enfermedad puede ser causada durante el sexo vaginal, oral y anal. También puede transmitirse de una madre infectada al bebé durante el parto.
Las pruebas de detección de clamidia se recomiendan anualmente para mujeres sexualmente activas de 25 años o menos. Las pruebas de detección también son recomendables para las mujeres mayores con riesgo de padecer la enfermedad. También se recomienda que las mujeres embarazadas se realicen la prueba. Las pruebas implican analizar una muestra de líquido corporal del área afectada o de la orina para determinar la aparición de la bacteria que causa la enfermedad. Algunas de las pruebas son:
• Ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA): una prueba rápida que se realiza para detectar antígenos de clamidia que activan el sistema inmunológico para luchar contra la infección por clamidia.
• Pruebas de amplificación de ácido nucleico (NAAT): se realizan para detectar el material genético o el ADN de la bacteria Chlamydia.
• Pruebas de hibridación de ácidos nucleicos (prueba de sonda de ADN): se realizan para detectar el ADN de la bacteria Chlamydia. Es precisa pero no tan sensible como la NAAT.
• Prueba de anticuerpos fluorescentes directos (DFA): prueba rápida y común que se realiza para detectar la infección por clamidia.
• Cultivo de clamidia: una prueba costosa y más larga en comparación con las pruebas mencionadas anteriormente. Este cultivo crea el entorno para que crezcan las bacterias y generalmente se realiza cuando el tratamiento de la infección ha fallado.