Hay tres palabras que describen las mejores formas en que un país, cualquier país, puede prepararse para la integración de diferentes grupos raciales y étnicos en su población. Estas tres palabras son educación, tolerancia y aceptación.
- Educación El
racismo, el sexismo, la discriminación por edad, la homofobia, etc. no son algo con lo que nazca un niño. Son inculcados en su mente por adultos que, al menos a estas alturas, deberían saberlo mejor. No hay raza superior, toda la humanidad está relacionada y es igual; este hecho debe enseñarse a todos los niños, dondequiera que se encuentren y desde el momento en que nacen. También deben enseñarse diferentes formas de vida, culturas y sistemas de creencias y llevarlos a ser considerados iguales. Los gobiernos de todo el mundo deberían crear leyes a tal efecto.
- Tolerancia La
tolerancia se trata de permitir que los demás sean quienes y lo que son, independientemente de su raza, religión, orientación sexual o de otro tipo. ¿Quién tiene derecho a decidir qué color de piel, cabello, ojos o creencia es correcto o incorrecto, normal o anormal? La respuesta a esto es clara: nadie. Todos deberían poder vivir uno al lado del otro sin temor a la persecución. Al educar a cada nueva generación de la manera correcta, la tolerancia se convertirá en una forma de vida.
- Aceptación
Toda persona, hombre, mujer o niño, debe ser aceptada por lo que es, en lugar de por su apariencia, de dónde puede venir o en qué dios o dioses extraños y maravillosos creen. Cualquiera que tenga dificultades para aceptar su conciudadanos de esta manera necesita ser reeducado.
La educación adecuada conducirá a la tolerancia, que a su vez conducirá a la aceptación. Los gobiernos deben detener la propaganda maliciosa y racista, y deben tomarse medidas para mejorar la educación a este respecto.