No es fácil dar una respuesta simple a esta pregunta, pero hay dos factores clave que explican cómo se mueven los planetas:
- El movimiento que se les dio a los planetas cuando se formaron no ha desaparecido, por lo que sigue actuando sobre ellos.
- El efecto de la gravedad influye en la dirección en la que se mueven.
La relación entre el movimiento y la fricción
En la Tierra, estamos acostumbrados a ver que los objetos se ralentizan y, finalmente, se detienen. Esto se debe a que se ha gastado la energía que se le dio inicialmente al objeto para que se mueva. El movimiento llega a su fin como consecuencia de la acción de la fricción, por ejemplo, desde el suelo o desde el aire.
En el espacio hay muy poca fricción, ya que hay muy poca materia (además de estrellas, planetas y asteroides), por lo que no hay mucho material que cause fricción y ralentice el movimiento planetario.
Cuando ocurrió el Big Bang, a los planetas se les dio una gran cantidad de movimiento como consecuencia, y los efectos de la fricción no han sido lo suficientemente convincentes como para que pierdan ese movimiento todavía.
El efecto de la gravedad
Sin embargo, el movimiento preexistente no es la historia completa. Sir Isaac Newton sabía que un objeto con masa ejerce una influencia gravitacional sobre otros objetos cercanos. Este fenómeno es difícil de detectar en objetos pequeños, pero en objetos masivos, como el sol y los planetas, se puede observar fácilmente.
La tierra, por ejemplo, seguiría moviéndose en línea recta y eventualmente dejaría el sistema solar por completo, si no fuera por la atracción gravitacional del sol que la reinaría en una trayectoria elíptica alrededor del sol.
Lo más difícil de entender sobre el efecto de la gravedad dentro del sistema solar es por qué los planetas no colapsan en el sol, ya que actúa sobre ellos con tanta fuerza.
La forma más fácil de entender esto es pensar en cada planeta como una bola que pasa sobre el horizonte del sol, que siempre es curvo. Entonces, a medida que el planeta 'cae' hacia el sol, el horizonte también 'cae', dejando al planeta aproximadamente suspendido en la misma posición que estaba antes.