Enos
Los compuestos de arsénico se conocen desde los días de la antigua Grecia y Roma, cuando los médicos y los envenenadores usaban sulfuro de arsénico (As2S3). Dado que el arsénico se puede producir a partir de sus minerales con mucha facilidad, es posible que muchos de los primeros artesanos hayan visto el elemento sin darse cuenta de lo que era. Primero fue reconocido como un elemento por los alquimistas. Aunque no se sabe con certeza dónde y cuándo se descubrió realmente el arsénico, el mérito del descubrimiento suele ser del alquimista Alberto el Grande (Albert us Mag nus, 1193-1280). En 1250 d.C., calentó un compuesto común de arsénico, As2S3, con jabón y formó arsénico casi puro. No fue hasta mediados del siglo XVII que el arsénico se hizo conocido como un elemento.