El dióxido de azufre (SO2) mata al combinarse con agua (H2O) para formar ácido sulfúrico (H2SO4), que, dicho sea de paso, es un componente importante de la lluvia ácida (junto con el ácido nítrico).
Recuerde que los humanos son simplemente grandes bolsas de agua caminando. Cuando el SO2 nos toca, no puede evitar encontrar agua. Lo inhalas, hay humedad en el aire y en los pulmones, obtienes ácido directamente en los pulmones. Similar con los ojos, las fosas nasales, la tráquea, etc. Dependiendo de la concentración de SO2, puede causar quemaduras graves en los tejidos ácidos, edema pulmonar agudo (que es una "fuga" incontrolable de fluidos corporales de las superficies dañadas) o la muerte.