Leda
Los tratamientos de belleza han estado de moda durante miles de años. En la antigüedad, las personas usaban aceites y fragancias mientras realizaban los rituales durante las ceremonias y ritos religiosos. Los aristócratas del antiguo Egipto usaban minerales para dar color a los rostros y realzar sus rasgos. Los antiguos griegos solían pintarse la cara. La gente de la antigua Roma solía agregar perfumes que contenían aceites aromáticos en sus fuentes y baños públicos. Lucian ha narrado casos de mujeres romanas antiguas que usaban cosméticos para pulir sus dientes y cejas.
Los perfumes con alcohol como base se desarrollaron en Oriente Medio. Estos fueron traídos a Europa en el siglo XIII por los cruzados. Los franceses utilizaron nuevos ingredientes, principalmente partes y extractos de plantas, para crear perfumes naturales en el siglo XVII. Con el paso del tiempo, los métodos de trabajo intensivo utilizados para desarrollar perfumes naturales fueron reemplazados por procesos químicos. Para la fabricación de cosméticos se utilizaron sustancias venenosas como óxido de plomo, sulfuro de plomo, sulfuro de antimonio, sulfuro de mercurio, además de carbonato, hidróxido y óxido de zinc. El óxido de zinc se usó más tarde para hacer polvos faciales.
Los antitranspirantes y desodorantes comenzaron a ingresar al mercado en la década de 1890. Se convirtió en una gran industria comercial en la década de 1920, cuando la gente comenzó a tomar nota de las atractivas protagonistas de Hollywood y a inspirarse en ellas, y se volvió más consciente de sus propias apariencias.