- Sobre el Protocolo de Kioto
El Protocolo de Kioto se desarrolló en la primera Conferencia Mundial sobre el Clima en 1979. Es un marco establecido por las Naciones Unidas para poner en marcha un procedimiento estructurado para ayudar a la ONU a trabajar para reducir los gases de efecto invernadero.
Hay 37 países industrializados a los que la ONU ha fijado objetivos que garantizan que sus emisiones de efecto invernadero se reducirán en un 5% para 2012. Son los países desarrollados los que contribuyen principalmente a los problemas masivos del calentamiento global y los gases de efecto invernadero, por lo que estos países se unieron en un intento de hacer un cambio.
- El punto de vista de los economistas
Es más probable que los economistas de diferentes países vean el Protocolo de Kioto de manera diferente. Los economistas de Estados Unidos, por ejemplo, se opusieron al Protocolo de Kioto porque afirmaron que sus expectativas eran poco realistas. Afirmaron que el costo de reducir los gases de efecto invernadero era tan alto que no era económicamente viable.
Se necesitarían cambios masivos en todo, desde enormes edificios hasta plantas de energía y fábricas. Destruir edificios antiguos y construir otros nuevos no solo es injustificable, sino que también es malo para el medio ambiente a corto plazo. Los economistas estadounidenses afirman que les costaría aproximadamente $ 100 por tonelada, mientras que en los países europeos costaría $ 5 por tonelada; por lo que el plan es más viable en Europa que en América.
- El punto de vista del ecologista
Un ecologista, por otro lado, argumentaría lo contrario y afirmaría que el Protocolo de Kioto vale cada centavo gastado porque, en última instancia, está ayudando al planeta y las pequeñas inversiones realizadas ahora darán sus frutos a largo plazo.
Reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero ayudará al medio ambiente, ayudará a la salud humana, mejorará la agricultura y nuestra forma de vida en general. Una vez que el protocolo esté implementado, las facturas de energía serán significativamente menores, por lo que la inversión inicial valdrá la pena, según los ecologistas.