Realmente se reduce a la seguridad del paciente y las "mejores prácticas". Como ocurre con muchas industrias, el uso de abreviaturas deja espacio para la interpretación. Cuando esa interpretación es incorrecta, hay consecuencias. Obviamente, con algo tan importante como la salud (o potencialmente la vida) de un ser humano, si se malinterpretan las abreviaturas y se administra la medicación incorrecta, por ejemplo, el resultado podría ser letal.
La Comisión Conjunta sobre la Acreditación de la Organización Sanitaria publicó esta lista
aquí (NB: es un documento pdf) de abreviaturas "propensas a errores" y señala que no se deben utilizar. Continúa diciendo que hay muchas más que deben evitarse y, básicamente, cuanto menos se utilicen, mejor.