El ébola es de inicio lento; se infiltra en el cuerpo y ataca el sistema inmunológico. Se dirige a las mismas células que el virus del SIDA (células de linfocitos T), pero el ébola es mucho más agresivo y se abre camino a través de todo tipo de células inmunitarias a un ritmo alarmante.
Lo único que no ataca el ébola son los huesos y el músculo esquelético.
Cuando el virus ingresa al cuerpo, tritura el colágeno del niño y convierte las capas inferiores de la piel en líquido. Luego, la sangre se coagula causando hemorragias internas y externas, y cuando el cuerpo drena la sangre, sigue la muerte.
Los primeros síntomas del ébola son muy similares a muchas otras cosas, por lo que es importante no entrar en pánico si tiene síntomas que coinciden con los siguientes:
Suele comenzar con fiebre alta, fuertes dolores de cabeza, dolores articulares y musculares. Los pacientes generalmente encuentran que les duele la garganta y es menos probable que quieran comer.
Cuando el ébola se dirige al colágeno de nuestro cuerpo, los problemas reales comienzan porque el colágeno es como un pegamento y mantiene nuestros órganos en el lugar correcto. Cuando el ébola lo corroe, la capa superior de la piel flota de manera efectiva sobre el líquido, lo que da como resultado pequeñas ampollas blancas y manchas rojas que pueden desgarrarse con muy poca presión.
La piel se puede rasgar y el sangrado puede comenzar espontáneamente en los ojos, la nariz, la boca y otros orificios. Al mismo tiempo, se forman coágulos en los vasos sanguíneos y comienzan a gotear impidiendo que la sangre llegue a los órganos principales del cuerpo. Esto, por supuesto, hace que se apaguen.
Mientras todo esto sucede dentro del cuerpo, el paciente tendrá episodios de vómitos y diarrea, los cuales se llenarán con más y más sangre cada vez.
La enfermedad se vuelve terminal cuando el sistema inmunológico comienza a atacar el cuerpo. El paciente desarrollará grandes ampollas de sangre y sus ojos se enrojecerán. La sangre comienza a salir del cuerpo provocando un shock cuando los órganos se apagan uno por uno.